¿Sientes que la información sobre salud está a un clic de distancia?
Entonces debes comprender que la abundancia de datos puede ser abrumadora, confusa e incluso contradictoria. En medio de esta vorágine, comunicar de forma clara y simple, se ha vuelto más importante que nunca, especialmente cuando se trata de medicina holística.
La medicina holística se enfoca en la totalidad de la persona—cuerpo, mente y espíritu—para alcanzar un bienestar integral.
Este enfoque puede ser transformador, pero su esencia muchas veces se pierde en un mar de información. Por ello, comunicar con claridad y precisión es crucial para que el mensaje llegue y se comprenda en su totalidad.
¿Por qué la claridad es tan importante?
Parece evidente, pero cuando hablamos de salud, no hay espacio para la ambigüedad. Las personas buscan orientación confiable que les ayude a tomar decisiones informadas sobre su bienestar.
Un mensaje claro y bien estructurado no solo facilita la comprensión, sino que también genera confianza y credibilidad.
Y desde luego que se intenta, pero en el ámbito de la medicina holística, donde las terapias y enfoques pueden ser desconocidos para muchos, es aún más vital que la comunicación sea precisa y accesible.
Me apasionan la biología y fisiología del cuerpo humano: sus reacciones químicas, las hormonas, los microorganismos que lo habitan; la nutrición, los suplementos y sobre todo, aprender a mejorar mi salud con medicina holística.
Sin embargo, lo que más disfruto es poder compartir estos conocimientos con personas que aún no han tenido la oportunidad de descubrir— sin enloquecer— la multitud de posibilidades que sirven para mejorar su salud.
Los desafíos de comunicar medicina holística
Tengo la gran suerte de ayudar a profesionales de la salud, a transmitir estos valiosos mensajes. Pero no es suficiente; quiero llegar a más personas.
Uno de los mayores retos al comunicar sobre medicina holística es la desinformación. En ocasiones, este enfoque es malinterpretado o descartado como «pseudociencia». Por eso, es necesario presentar la información con respaldo científico, pero sin perder la conexión con los aspectos más humanos y espirituales que la caracterizan.
Otro desafío es lograr que el mensaje no solo informe, sino que también inspire. La medicina holística invita a una transformación profunda y duradera, por lo que el lenguaje que utilicemos debe reflejar esa invitación a mejorar la calidad de vida desde un enfoque integral.
Cómo lograr una comunicación efectiva
- Conoce a tu audiencia: Es fundamental entender a quién te diriges. ¿Son personas con conocimiento previo de la medicina holística o son nuevos en el tema? Adaptar el lenguaje y el nivel de detalle según el público hará que tu mensaje sea más efectivo.
- Simplifica sin perder precisión: Evita el uso de tecnicismos innecesarios que puedan confundir. El desafío es explicar conceptos complejos de manera sencilla sin sacrificar el rigor.
- Ofrece evidencia respaldada: En un mundo lleno de afirmaciones dudosas, ofrecer datos respaldados por estudios y experiencias comprobables fortalecerá tu mensaje.
- Conecta emocionalmente: La medicina holística se enfoca en la totalidad de la persona, por lo que es esencial que el mensaje resuene a nivel emocional y espiritual, además de informativo.
Soy comunicadora experta en crear mensajes claros, atractivos y entretenidos sobre temas que, por lo general, generan aburrimiento.
Es cierto, algunos entusiastas de la salud, como lo fui yo hace unos años, consumen con avidez esta información, pero muchas veces se pierden, distraen o confunden.
A menos que seas un genio, es probable que no entiendas a la primera todas las parrafadas de los profesionales más expertos, que contando con mucha información por compartir y poco tiempo, pueden resultar abrumadores.
Aunque hay entrevistas y contenidos que se comprenden bien —y que agradezco desde aquí—, en ocasiones, todo se vuelve borroso.
Es como cuando abrimos al máximo nuestra atención al comprender algo, y sin embargo, por disonancias cognitivas, distracciones o agotamiento de nuestra atención, desconectamos y la información pasa de largo. Terminamos quedándonos con ideas vagas o muy genéricas como “los carbohidratos son malos”, “el método Wim Hof es milagroso” o “el azúcar es veneno”.

Observo maravillada y a diario, a numerosos profesionales de la salud integrativa, aquellos que conectan intestino y cerebro con fundamentos científicos.
Sin embargo, a pesar de que sus conocimientos son sólidos y respaldados por la ciencia, el mensaje a menudo no llega de manera clara o no transciende, no conectan del todo porque no dejan claro lo primordial.
¡Hay demasiada confusión!
Estos profesionales, con su vasto conocimiento, a veces hacen que mi mente de copywriter especializada en salud integral explote. (Sí, copywriter, que es una forma elegante de decir que soy redactora de textos persuasivos para promover la salud).
Siento la necesidad imperiosa de “traducir” y simplificar estos mensajes y tecnicismos a un lenguaje más accesible, para que interesen mucho más y se comprendan con facilidad. Y sinceramente, he perdido la paciencia.
Una época de infoxicación: exceso de información que nos abruma
Modas pasajeras, contradicciones y la obsesión por señalar que todo es peligroso. Parece que ya no se puede comer nada sin riesgo de “envenenarse”. Los peligros de la alimentación, la contaminación y los tóxicos acechan en cada esquina, y cada vez más personas tiran la toalla.
La sentencia parece ser una de dos: «todo es peligroso o todo es mentira». Y así nos vamos a la cama, sabiendo menos que ayer y muchas veces, con ganas de rendirnos, pensamos: “Déjame en paz, quiero vivir tranquilo. Al fin y al cabo, la vida son dos días”.
Pero yo te digo que existe otro camino. Hay un universo de información clara, precisa, contrastada y personalizada que no te saturará, sino que te hará más sabio sobre los temas de salud que realmente te interesan. Los que de verdad importan.
Y en definitiva, los que, por lógica, deberían interesarte. Pronto daré el siguiente paso en mi comunicación. ¿Quieres conocerlo?