Así acabas cuando no enfrentas tus errores: «ignorando lo que ya saben todos, menos tú»

 

En cualquier profesión, pero especialmente en un sector tan sensible como la salud, los errores no desaparecen al esconderlos. Al contrario, se transforman en secretos a voces que hablan de ti incluso cuando no quieres escucharlos.

En este sector, las decisiones y el trato humano son clave,  y no enfrentarse a los errores significa sí o sí la pérdida de valiosas oportunidades para crecer y conectar con quienes más te necesitan.

La verdadera diferencia entre un profesional promedio y uno excelente está en cómo decide enfrentarse a esos tropiezos inevitable. ¿Te atreves a mirar tus errores de frente?

¿Qué hacemos con los errores?

un secreto a voces

Cada vez que algo sale mal, tenemos dos opciones claras:

Ignorar y justificar

Mirar hacia otro lado, culpar a las circunstancias o a terceros y seguir como si nada hubiera pasado.

Aunque parezca más sencillo, este enfoque nos lleva a repetir patrones que terminan alejándonos de la excelencia.

 

Mirar de frente y aprender

Reconocer el error, reflexionar y buscar soluciones.

Es el camino de los valientes, de los que no temen mirar hacia adentro para descubrir qué pueden mejorar.

 

En salud integral, ignorar un error tiene implicaciones importantes. Cada paciente que no regresa podría estar dejándonos una lección que no estamos escuchando.

El hábito de dejar ir: un error común entre los profesionales de la salud

En la salud, es frecuente que cuando un paciente decide no volver, el profesional asuma que no hay nada que hacer y evite preguntar el «por qué»:

"Quizá encontró otra opción más conveniente."

"Tal vez ya no necesitaba mis servicios."

no me entiendes

"No era el paciente adecuado."

 

Estas explicaciones muchas veces son excusas para evitar enfrentarse a una verdad incómoda.

La salida de un paciente no siempre es un misterio: a veces, basta con preguntar.

Pero, ¿qué pasa si esa salida es una señal de que algo se pudo hacer mejor? ¿Y si la respuesta está ahí, esperando ser escuchada?

La verdad es que preguntar puede dar miedo. Miedo a descubrir un fallo en nuestra atención, en nuestra comunicación o incluso en el ambiente que ofrecemos.

 ¿Y si me señalan algo que no quiero aceptar?

Pero no preguntar significa resignarse a la incertidumbre y perder la oportunidad de crecer.

 

SECRETO A VOCES

De secretos a lecciones: ¿cómo encontrar errores y sacar provecho?

Para los profesionales de la salud integral, esta práctica no tiene por qué ser incómoda. Existen formas de obtener retroalimentación sin invadir ni molestar:

encuesta

Buzón de sugerencias físicas o digitales:

  • Un buzón de sugerencias o un botón destacado en tu web donde los pacientes puedan dejar comentarios de forma anónima, brinda comodidad y privacidad para expresar su opinión sin sentirse juzgados.
  • Ponte en su pellejo, ¿cuantos se atreverían a confiar su salud a alguien que sabe que es objeto de sus críticas?

Mensajes respetuosos:

  • Un breve “¿Cómo fue tu experiencia con nosotros?” puede abrir una conversación valiosa.
online

Formularios online:

  • Un método discreto y cómodo tanto para el paciente como para el profesional.
  • ¿Qué te gustaría saber de las opiniones de tus clientes? Para ellos es comodísimo, no pierdas ese tren. Todo cuanto puedas mejorar a partir de sus deseos y carencias, será una bendición para mejorar tus servicios.
anónimo

Encuestas anónimas impresas dentro de tu consulta:

  • Una herramienta sencilla para que los pacientes compartan su experiencia con sinceridad.
seguimiento

Seguimiento personalizado por email:

  • Enviar un correo breve y amable a los pacientes después de su visita. Algo como: «Hola [Nombre], espero que tu experiencia con nosotros haya sido positiva. Si tienes un momento, nos encantaría saber cómo podríamos mejorar para servirte mejor.»
  • Y si le das tu toque personal, lo bordas. Siempre que mantengas siempre un tono cercano y enfocado en mejorar, no en justificar.

Revisiones en redes sociales o plataformas profesionales:

  • Invita a los pacientes a dejar una valoración en tus redes sociales o en plataformas como Google My Business.
  • Puedes pedirles específicamente que mencionen qué fue lo que más les gustó y qué creen que podrías mejorar. Esto no solo te ayudará a aprender, sino también a construir una presencia más confiable y cercana.

eres el referente

Tropezar no es caer, es una oportunidad para reforzar tu autoridad

autoridad

Enfrentar nuestros errores es un acto de responsabilidad, especialmente en un sector tan humano como la salud integral. Cada paso en falso es una oportunidad para ajustar, mejorar y reforzar la confianza con quienes nos eligen.

No se trata de no cometer errores, sino de no ignorarlos. Porque los secretos a voces no son enemigos; son maestros.

Y cada lección aprendida de ellos te acerca a convertirte en el profesional que realmente quieres ser.

¿Has recordado alguna anécdota relacionada? ¡Comparte en comentarios y aprendemos todos!

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